
Gilberto Solano Arriaga, quien se ostenta como el “primer presidente indígena” de Tlapa, asegura que ya tiene amarrada su permanencia por otros tres años, como si el municipio fuera herencia familiar.
No es la primera vez que se habla de negociaciones en lo oscurito: hace apenas dos años, su padrino y protector, el exgobernador Héctor Antonio Astudillo Flores, el famoso ex “gober kkrizo”, metió mano para que Solano fuera presidente municipal mientras su hijo, Ricardo Astudillo Calvo, llegaba como diputado. Aquella jugada política costó una billetiza que el exmandatario habría financiado para asegurar ambas posiciones.
Hoy, la historia parece repetirse. El propio Solano presume que ya está “apalabrado” para reelegirse, y que su aliado Fredy será colocado en el distrito local 27, como parte de los nuevos acomodos. La diferencia es que ahora el trato no es con Astudillo, sino con el senador Félix Salgado Macedonio, lo que abre la puerta a un reacomodo de fuerzas que dejará a muchos políticos locales mordiéndose los labios… y otros tantos, llorando.
Mientras tanto, la gente de Tlapa sigue esperando obras, carreteras dignas y soluciones. Pero la política guerrerense demuestra, otra vez, que aquí lo que importa no es el pueblo, sino el arte de negociar cargos como si fueran bienes raíces.