
Con un gobierno federal que demuestra falta de valentía y determinación, el hospital de supuestas especialidades queda a merced de administradores saqueadores, sindicatos corruptos y médicos negligentes, mientras la salud de los tlapanecos pende de un hilo.
La situación exige acción inmediata de los gobiernos federal y estatal, sin importar a quién pueda perjudicar, para poner orden y garantizar atención médica digna.
Pero los problemas no terminan ahí. En Tlapa no hay obras públicas significativas, el suministro de agua sigue siendo deficiente, y los tránsitos municipales roban vehículos impunemente. Además, el impuesto predial se mantiene en niveles exorbitantes. Por su parte, organizaciones como el Frente Popular, el Cabildo municipal y los líderes indígenas de la montaña permanecen ausentes ante la crisis que aqueja a la población.
La ciudad exige responsabilidad y acción inmediata para proteger a sus habitantes y frenar la corrupción que afecta todos los ámbitos de la vida pública en Tlapa.