A un año y un mes de la llegada de la Cuarta Transformación (4T) a Ometepec, las condiciones del municipio han generado preocupación entre la ciudadanía. A pesar de los esfuerzos por promover un cambio, la población enfrenta serias deficiencias en servicios públicos básicos, lo que ha afectado su calidad de vida.
Según denuncias de habitantes, las calles principales de la ciudad se han convertido en auténticos basureros clandestinos, con montañas de basura en cada esquina. A esto se suma la falta de limpieza y el deterioro de las infraestructuras viales, que antes eran atendidas con barrido manual y ahora presentan coladeras colapsadas, lo que ha afectado la circulación y provocado daños a vehículos personales y de transporte.
Además, se reportan fugas de agua en múltiples puntos, lo que no solo genera un desperdicio significativo del vital líquido, sino que también perjudica a las familias, que se ven afectadas por la escasez de agua. A pesar de estos problemas, el servicio de agua es cortado si los ciudadanos se atrasan en sus pagos.
Por otro lado, la falta de alumbrado público es un problema recurrente en el municipio. Por las noches, la mayoría de las calles lucen oscuras, lo que favorece la comisión de delitos, como los asaltos a la ciudadanía. Se calcula que cerca del 80% de Ometepec carece de iluminación pública.
En cuanto a las condiciones de las calles, los baches y daños severos son una constante, obligando a los vecinos a organizarse y reparar las vías conforme a sus posibilidades, debido al nulo apoyo del gobierno municipal.
La situación se ve contrastada por el hecho de que algunas autoridades municipales poseen vehículos de alto valor, propiedades millonarias y se les acusa de comportamientos poco ejemplares, como consumo de alcohol en horas laborales y abandono de funciones, lo que genera indignación entre los ciudadanos, que se sienten olvidados y abandonados por sus líderes.
