
La noche en Playa Hermosa, comunidad costera del municipio de Marquelia, volvió a recordarnos que la vida marina sigue luchando por abrirse paso entre el brillo artificial y la presión humana. Una tortuga laúd —la más grande de las tortugas marinas y especie en riesgo crítico de extinción— quedó atrapada dentro de una propiedad privada, varada en una malla ciclónica tras seguir la luz intensa de un reflector.
Un rescate comunitario que evitó una tragedia
El reporte llegó temprano a las autoridades municipales: una tortuga laúd (Dermochelys coriacea) estaba inmovilizada dentro de un terreno en Playa Hermosa. De inmediato, personal de Protección Civil y la Dirección de Ecología se trasladó al sitio. Al llegar, confirmaron que integrantes del Campamento Tortuguero Sirenito Macho ya estaban brindando atención preliminar.
“Cuando llegamos, el animal ya tenía lesiones por intentar salir. Lo urgente era liberar el espacio sin lastimarla más”, contó uno de los brigadistas municipales que participó en el rescate.
La coordinación fue clave. Tras evaluar la situación, se procedió al corte de la malla para permitir que la tortuga recuperara movilidad. Los rescatistas relatan que el ejemplar mostraba signos de estrés y raspaduras, producto de sus intentos por volver al mar.
La luz que desorienta: una amenaza que persiste
Este varamiento no fue casual. La tortuga terminó atrapada al seguir la luz de un reflector instalado en la propiedad privada. Para quienes habitan en la franja costera de Marquelia Guerrero, este fenómeno es cada vez más frecuente: las luces blancas o frías confunden a las tortugas durante su arribo, desviándolas de su ruta natural.
“Ellas vienen siguiendo la sombra y la luna. Cuando encuentran focos fuertes, se pierden. Muchas no llegan a desovar y otras terminan heridas”, explicó personal del campamento tortuguero.
Las autoridades reiteraron que esta especie, además de estar protegida legalmente, es parte fundamental del equilibrio ecológico en la región. Por ello, insistieron en que quienes viven cerca de la playa reduzcan o reemplacen sus luminarias por luces cálidas, de baja intensidad y dirigidas hacia el suelo.
Un nido que se queda en su hogar natural
A pesar del estrés y las lesiones, el ejemplar logró desovar. El nido quedó in situ, es decir, en su lugar natural. Su conservación fue uno de los puntos más celebrados por el equipo de rescate y por el campamento comunitario, que ahora realizará monitoreos constantes para evitar saqueos, predadores o disturbios humanos.
“Es una bendición cuando una laúd deja sus huevos aquí. No siempre tenemos esa suerte, por eso este nido será cuidado con todo”, señaló un integrante del campamento Sirenito Macho.
Marquelia y su compromiso con la vida marina
El municipio de Marquelia recibe año con año a especies emblemáticas que encuentran en sus playas un espacio para reproducirse. Esa presencia no sólo es parte del atractivo turístico, sino un recordatorio de la responsabilidad compartida para protegerlas.
El gobierno municipal emitió un llamado directo a la ciudadanía para evitar prácticas que ponen en riesgo a la fauna marina. El uso de reflectores, basura en la playa, construcciones sin regulación o ruido excesivo son factores que alteran la vida de especies como la laúd.
Cuidar la costa —dicen quienes viven ahí— es también cuidar la memoria del territorio. Las comunidades afromexicanas y campesinas de esta zona han convivido históricamente con el mar, y su respeto por estos ciclos es parte de esa herencia viva.
Un cierre que invita a actuar
El rescate de esta tortuga laúd en Playa Hermosa no es un hecho aislado: es una muestra de lo que ocurre en muchas playas de México cuando el brillo artificial toma el lugar de la luz natural. Pero también es un recordatorio del poder de la organización comunitaria, de las manos que se unen para salvar una vida.
La invitación queda abierta: cuidar la costa es responsabilidad de todas y todos. Reducir luces, respetar los nidos y fortalecer los campamentos tortugueros no es sólo una tarea ambiental; es un acto de cariño hacia el territorio.
