
La Secretaría de Salud confirmó 191 casos de sarampión en Guerrero, concentrados en municipios de la región de La Montaña, e hizo un llamado urgente a acudir a los módulos de vacunación.
La voz de alerta volvió a encenderse en el estado. En conferencia reciente, la titular de la Secretaría de Salud, Alondra García Carbajal, informó que Guerrero atraviesa un repunte preocupante de sarampión, una enfermedad viral altamente contagiosa que ya suma 191 casos confirmados. La mayor parte se registra en comunidades indígenas de La Montaña, donde la movilidad local, la distancia entre localidades y los bajos niveles de vacunación complican el control sanitario.
Cochoapa El Grande encabeza los contagios
El municipio con mayor número de casos es Cochoapa El Grande, con 83 contagios confirmados, seguido de Tlapa de Comonfort con 27 casos y Metlatónoc con 24. Estos tres municipios, ubicados en el corazón de La Montaña, comparten características que dificultan la respuesta sanitaria inmediata: caminos sinuosos, dispersión poblacional y acceso limitado a servicios de salud.
García Carbajal también señaló que Taxco de Alarcón registra 21 contagios, un aumento que se asocia a un evento masivo celebrado recientemente en esa ciudad colonial. En la Costa Chica, Ometepec reporta 18 casos.
Otros municipios con contagios registrados son: Alpoyeca (6), Copanatoyac (3), Malinaltepec (3), Acapulco (2), Arcelia (1), Atlamajalcingo del Monte (1), Tixtla (1) y Zitlala (1).
“La mayor cantidad de casos está ocurriendo en adultos jóvenes, quienes después contagian a niñas y niños, aumentando el riesgo dentro de los hogares”, explicó la funcionaria estatal.
Vacunación: 85% de cobertura, pero se necesita más
Aunque la cobertura de vacunación contra el sarampión alcanza el 85%, las autoridades advierten que no es suficiente para detener la cadena de transmisión. Se requiere llegar al 95%, especialmente en municipios de alta movilidad como Tlapa y en localidades con población infantil numerosa.
El biológico protege de complicaciones como neumonía, diarrea severa y, en casos extremos, daño neurológico. En zonas rurales y montañosas, donde muchas familias recorren largas distancias para recibir atención médica, la prevención mediante vacunas se convierte en la estrategia más efectiva.
“Necesitamos que la gente acuda a vacunarse. Sin esquema completo, esta enfermedad seguirá avanzando”, insistió García Carbajal.
Cercos epidemiológicos y vacunación masiva
Para contener los brotes, Salud instaló cercos epidemiológicos en los municipios afectados. Brigadas médicas recorren comunidades, visitan casas y acuden a escuelas para vacunar a niñas, niños, jóvenes y personas adultas que no cuentan con el esquema completo.
En localidades como Cochoapa El Grande y Metlatónoc, donde la dispersión comunitaria dificulta el acceso, personal de salud camina cerros y brechas para garantizar cobertura. La respuesta de la población ha sido variable: mientras algunas comunidades han acudido masivamente, otras mantienen dudas o desconocen la gravedad de la enfermedad.
Sin defunciones, pero con riesgo latente
Hasta el momento, no se han registrado muertes por sarampión en Guerrero. Sin embargo, las autoridades insisten en no confiarse. El crecimiento acelerado de casos en La Montaña y su presencia en regiones como Costa Chica y Zona Norte reflejan la necesidad de reforzar la prevención.
En palabras de una promotora de salud de la región:
“El sarampión corre rápido. Si no aumentamos la vacunación, los pueblos serán los más golpeados, sobre todo los que viven lejos de los centros de salud”.
Un llamado comunitario para proteger la vida
La Montaña y Costa Chica conocen bien los retos: caminos largos, pocas unidades médicas y barreras lingüísticas que dificultan la atención. Por eso, el llamado de las autoridades es también un llamado comunitario: acudir a los módulos, compartir la información en tu comunidad, animar a las y los jóvenes a vacunarse y acompañar a niñas y niños para completar su esquema.
El sarampión no distingue entre pueblo grande o pequeño. Pero la organización comunitaria y el acceso al biológico pueden marcar la diferencia.
